Irme,
como el silencio
en medio de ciudades apagadas.
Marchitarme,
como el último parpadeo
que me permitió el destino.
Evaporarme,
como la última gota de alcohol
que no consumió la noche.
Fugarme como las notas de mi canción
rebotando en las paredes de mi claustro.
Y con mis fracasos afilados,
abordar el buque en el que navegaré
al final de la despedida.
9-7-2021